La Mujer, el Dinero y los Negocios

La Mujer, el Dinero y los Negocios

Lo confieso, no soy de esas feministas radicales que culpan a los hombres y al patriarcado de todos sus males, pero sí puedo hablar de diferencias claves entre hombres y mujeres cuando de dinero y negocios se trata, ya sea porque lo he leído o porque lo he vivido.

En este blog post quiero que exploremos:

  1. La desigualdad imaginaria entre hombres y mujeres
  2. La mirada de las mujeres sobre sí mismas con relación a las finanzas y negocios
  3. El problema de intercambiar roles
  4. El futuro de las mujeres en las finanzas

Abordaré estos temas desde mi experiencia, con historias reales que hoy me dan risa, pero no te quedes solo con esto, busca más información, indaga y ve cómo estos temas se relacionan contigo.

Empecemos…

 

1. La desigualdad imaginaria entre hombres y mujeres

A principios de 2019 Robert Kiyosaki, el escritor de “Padre Rico, Padre Pobre” hizo un evento en Sudáfrica donde fueron varios de mis conocidos, mujeres y hombres, en ese evento él dijo que “ninguna persona en su sano juicio tomaría consejos financieros de una mujer”. Una de mis amigas, coach financiero radicada en Israel, salió insultada de ese evento.

En marzo de ese mismo año, Blair Singer, mi mentor, realizó su programa “Sales and Leadership Masteryen la ciudad de Milán. Aprovechando que había varios líderes certificados en el evento, se hizo una reunión ampliada donde se dijo a viva voz que Blair, nuestro mentor, “no estaba viendo a las mujeres”, debido a que todas las grandes oportunidades y los negocios más importantes lo estaban haciendo los hombres (OJO, hombres que todos admiramos).

En fin, yo no participé en ninguno de estos dos eventos, pero al ser parte del grupo de líderes certificados de Blair, las historias me llegan en caliente por todos lados, debo decir que todas muy parejas, aquí no hay personas buscando perjudicar a nadie, ni armar chismes de lavadero, pero sí levantar la voz a los temas que nos aquejan.

En julio de ese año, aparecí yo en Italia con mi esposo y nos quedamos un mes en casa de la organizadora de dicho evento, ahí nos pusimos al día con todos los detalles y se empezó a armar un grupo que llamamos “Women Leading into the Future”, hicimos el lanzamiento en agosto, si me sigues desde esa época quizás lo recuerdes y ahora ya conoces un poco de la historia por detrás.

¿Por qué te cuento todo esto?

Bueno, empecemos con la historia de Kiyosaki…

Mientras la chica de Israel estaba indignada, yo me reía…

Yo he crecido en mi profesión de coach y estratega financiero siendo mujer, mi audiencia siempre se ha compuesto tanto de hombres como de mujeres, de hecho, al principio, eran más hombres que mujeres, nunca he sentido que algún hombre no me haya escuchado por ser mujer, bueno sí… una vez en México yo estaba explicando a una pareja el negocio de invertir en bienes raíces en USA, que es algo a lo que me dediqué entre 2016 y 2018, y todo bien, hasta que mi esposo en la noche me dijo en el Uber cuando nos fuimos de la reunión: ¿viste lo que él hizo?

Yo de inocente no vi nada, ¿qué hizo? le pregunté.

Me dijo sorprendido: “cada vez que tú decías algo interesante, él me miraba como para confirmar conmigo que lo que tú estabas diciendo era cierto o válido, yo me dediqué a asentar con la cabeza detrás de ti mientras tú hablabas toda apasionada, eso fue machismo encubierto”.

WHAAAAAT???? No lo podía creer, es la primera y única vez que algo así me ha pasado, así que no puedo decir que no pasa.

Pero defiendo la idea de que las diferencias se crean en la cabeza, lo que está en la cabeza de una persona forma parte de su imaginario hasta que lo hace realidad en su vida. Si Kiyosaki dice que ninguna persona escuchará a una mujer es porque en su imaginario y en su realidad los hombres no escuchan a las mujeres, chévere por él. No me voy a dar mala vida tratando de que me vea por ser mujer. Él tiene su mentalidad y listo.

Yo he tenido que aprender que la opresión hacia las mujeres existe porque no forma parte de mi experiencia de vida, jamás me dijeron que las mujeres somos menos, que no podemos, o que somos las víctimas de los hombres. Mi papá se fue de la casa cuando yo tenía dos años y mi mamá estaba embarazada de mi hermana, y aún así, nunca me habló mal de él.

La mayoría de las sociedades que he hecho han sido con hombres y jamás me sentí menos o que ellos me menospreciaran por ser mujer, creo que es solo por el hecho de que yo no concibo la vida en una realidad donde yo pueda ser catalogada como “menos”.

Para cerrar el cuento de “Blair no ve a las mujeres”, nunca me sentí aludida, mientras unas chicas luchaban porque él las reconociera, yo pienso que Blair es de las personas más humanas que he conocido, es de las pocas personas que es capaz de ver a cada quien por lo que es, no digo que no tenga algunos sesgos de patriarcado instaurados, así como lo tenemos todos, pero así como no ver, no estoy de acuerdo y se los dije a mis colegas en varias oportunidades.

De hecho, en 2017 tuve un problema con Blair después de subir el Kilimanjaro juntos y te aseguro que ese hombre jamás va a olvidar quién soy yo después del correo y la conversación que tuvimos. Yo siempre me aseguro de que las personas me vean 🙂

Aprendizaje: lo que importa es el valor que hayas reconocido tú en ti misma, no el valor que un hombre u otra mujer te quieran dar.

 

2. La mirada de las mujeres sobre sí mismas con relación a las finanzas y los negocios

Mi mamá era dueña de un colegio en Caracas, no te emociones, no era un colegio de ricos, estaba a la entrada del barrio Guaicaipuro en la Av. Andrés Bello. Yo nací y a los días ya estaba asistiendo al colegio en un moisés jajaja.

En los 30 años que tuvo el colegio lo hizo siempre por vocación, nunca por dinero, tenía una de las matrículas más bajas de la zona y utilizaba los subsidios para asignar becas a quienes no podían pagar, también para comprar equipos que sirvieran a los niños que en la época no podrían tener acceso a ellos en sus hogares.

Siempre vi a mi mamá manejar bien su dinero, o eso parecía, no nos faltaba nada, sabía manejar muy bien la deuda y siempre nos inculcó su utilización para crecer y escalar. Recuerdo cuando un día nos dijo: “este apartamento es 100% nuestro, ya no es del banco”, yo no entendía, ¿por qué vivíamos en un apartamento prestado del banco y no en el nuestro?

Ese día tuve mi primera clase sobre créditos hipotecarios, yo tenía unos 8 años.

Mi mamá nos llevó en un tour por Europa a esa misma edad, era la primera vez que salíamos fuera de Venezuela. Todos la criticaban, decían que no recordaríamos nada porque estábamos muy chiquitas, la gente pensaba que “ella estaba botando el dinero a la basura”. Menos mal que no escuchó a nadie, ese viaje le dio dirección a mi vida.

Los problemas llegaron con el mandato de Chávez, sin querer echar culpas ni entrar en detalles, las políticas de su gobierno contra la educación privada sacudieron a la población. Las personas ya no tenían para pagar educación a sus hijos. Fueron muchas las quincenas cuando ya era adolescente donde mi mamá nos dijo: “primero come el personal y después comemos nosotras”, y así era, una nevera vacía, quizás unos huevos, una cebolla o una zanahoria.

Mi mamá es la menor de 8 hermanos, nació en casa de tierra, fue a un colegio de monjas porque uno de mis tíos le consiguió una media beca, mi abuela trabajaba para pagarle la otra mitad, mi abuelo tampoco aportaba en la casa. Ella fue la única que asistió a la universidad, pagó sus estudios haciendo transporte escolar. Pese a todas las dificultades, logró todo lo que se propuso porque vivió en una época donde en el país la abundancia era sinónimo de derroche, compró su primer apartamento a los 20 años, llevó a mis primos de viaje, nacionales e internacionales, aseguró económicamente la vejez de mi abuela y nos dio a mi hermana y a mí oportunidades que jamás pudo tener para ella.

Quiero hacer énfasis en este último párrafo. La “bonanza” de Venezuela aseguraba que quien se esforzara tuviese resultados, en el momento en que las cosas empezaron a cambiar muchos se vinieron abajo, incluso más que mi mamá. ¿Bueno o malo? Esto será tema para otro blog post, pero solo debemos pensar que si nuestra estabilidad financiera está atada a las condiciones exteriores nunca seremos independientes ni libres.

Yo he hecho las cosas muy diferentes a como las ha hecho mi mamá, no dependo de la estabilidad de ningún país y el internet me permite crear los resultados por los que esté dispuesta a trabajar.

Aprendizaje: para una mujer, la capacidad de generar dinero y asegurar una estabilidad financiera no puede estar sujeta a una pareja o a la familia y circunstancias de donde nació.

 

3. El problema de intercambiar roles

Mi primer gran amor era (o es) alemán, nos conocimos cuando vivíamos en Francia en 2005. Yo lo amaba y él a mí, teníamos planes de hacer una vida juntos, de esos planes de vida de juventud 🙂

Él fue a Venezuela a conocer a mi familia y amigos, viajamos juntos y todo perfecto, al mes de haberse ido me llama y me dice: “no puedo continuar”.

De la noche a la mañana todo acabó, sin justificación alguna.

Quedé devastada…

Daddy issues, llámalo como quieras.

Tres años después, de la nada me llega un correo suyo explicando sus motivos, al parecer no había podido dormir en todo ese tiempo. Sus palabras fueron: “perdóname, me acobardé, sentí que yo jamás podría darte la vida que tú merecías y me dolía tanto no estar contigo que preferí alejarte de mí aún cuando sabía que te haría daño, yo no podía verte sufrir”.

OMG, ¡qué tonto!

Really???

Tuvimos una conversación telefónica y recuerdo que le dije: “¿de dónde sacaste la idea de que yo estaba buscando un hombre que me mantuviera y me diera lo que yo merecía? Y si hablamos de dinero, tú eres alemán y tienes más oportunidades que yo, tu familia tiene más dinero que la mía, tú ganas más dinero que yo con tu sueldo mínimo, WTF???”

Bueno, cuento corto, él sigue en las mismas… creyendo que el hombre debe encargarse de la mujer.

Cada quien hace lo que puede con la manera en la que nos criaron ¿no es cierto?

Años más tarde, cuando me casé con Gonzalo, hicimos un trato económico, yo me dedicaba a aprender, ahorrar, invertir y hacernos libre financieramente mientras él se sacrificaba los primeros años para sostener la casa.

Yo, con mi profesión en hotelería, ni teniendo un cargo de gerencia iba a ganar lo que él ganaba como jefe de proyecto informático. Y esto no es un tema de que a la mujer le pagan menos, es un tema de demanda profesional en los rubros.

Las matemáticas eran claras.

Así lo hicimos durante dos años, a ambos nos pesaba cada día que él tuviera que ir a trabajar. Un día le dije: “trabajemos para desarrollar la marca Waleska Cerpa, ya publiqué un libro, tengo clientes, hay mucho potencial por explotar y esto nos puede dar el dinero que necesitamos, tenemos ahorros, todo está bien”.

Todo estaba bien, hasta que ya no lo estuvo.

Empezamos a tener problemas con socios, negocios, dinero, deudas, experiencias que nunca antes habías tenido pero que siempre enfrentamos juntos, hasta que…

Gonzalo se desmoronó, empezaron a aflorar todas sus dudas, miedos e inseguridades, su baja autoestima se hizo presente, yo tomé el mando de nuestras vidas, él no estaba en condiciones de tomar decisiones y eso lo desestabilizaba aún más.

Yo empecé a tener toda la carga económica, ya no era un trabajo en equipo, sino que yo era la responsable…

Un día empezó a limpiar toda la casa hasta dejarla rechinchinante, cuando le pregunté por qué tanto, me dijo: “si tú vas a traer el dinero a la casa, yo voy a limpiar todo”.

Ahí estaba el problema, Gonzalo había invertido los roles y eso le había hecho sentir que valía menos. Tuvimos muchas conversaciones sobre machismo, la igualdad de derechos, responsabilidades dentro de la casa y el matrimonio, las cuales dieron fruto después de mucho trabajo interno y una separación

Siempre le dije: “las mujeres que aceptan que sus hombres sean los proveedores, viven en una relación donde sólo ven al hombre un par de horas al día y esa no es la vida que yo quiero vivir, ni el padre que le quisiera dar a un hijo mío, es la zona de confort de ellas, no la mía. Esto es trabajo en equipo, si durante dos años tú me diste la oportunidad de crecer para ambos, ahora puedo yo darte la oportunidad de que tú también crezcas para ambos, porque te necesito grande, no pequeño”.

Fueron laaaaargas horas de conversación día tras día, hasta que le entró el mensaje en la cabeza. Personalmente, creo que los problemas de roles surgen cuando ambas personas están atrapadas en convencionalidades de lo que “debería ser” en vez de permitirse crear una nueva manera de vivir.

Siempre le dije que Waleska Cerpa era power, pero Waleska y Gonzalo eran más power aún, le costó creerlo… no es un tema de hombre o mujer, de patriarcado o matriarcado, se trata de lo que crees de ti, del valor que te das a ti y el que le das a los demás.

Si valoras más a un hombre que a ti como mujer, pues es cosa tuya, quizás ese hombre no te ve como menos, pero eres tú la que te pones en ese lugar.

Gonzalo y yo, incluso dentro de la separación, tenemos claros nuestros roles, como hombre y como mujer, sabemos que ambos tenemos una energía femenina y una masculina que debemos trabajar y que el complemento de ambas puestas al servicio de nuestro trabajo nos hace llegar más lejos y más rápido.

De hecho, se acomodaron los roles entre nosotros, es decir, nos dejamos de tonterías y todo el estrés financiero pasó, rápido pasamos al bienestar y a la comodidad y estamos de nuevo ad portas de la Libertad Financiera.

Siempre me dije: “yo sé que puedo hacerlo sola, pero sola tardaré más y es aburrido, buscar un complemento a nivel de pareja, trabajo, negocio, etc., impulsará cualquier proyecto.

Aprendizaje: la mayoría de los hombres tienen internalizado que son los proveedores, la mayoría de las mujeres tienen internalizado que ellos son los proveedores, y si queremos hacer cambios estructurales en la sociedad debemos tener la paciencia y la dedicación de hacer el trabajo delicado, difícil y profundo en nosotras para después poder enseñarle a ellos este nuevo camino. Este es un trabajo que, lamentablemente, hoy solo se hace a nivel superficial, desde la exigencia de derechos sin reconocer los deberes.

 

4. El futuro de las mujeres en las finanzas

Hace unas semanas leí en un artículo de Forbes que hablaba sobre el rol de las mujeres en el fintech, muy interesante todo hasta que leí la siguiente frase:

Por desgracia, la autoestima y la autoconfianza en las habilidades personales se vuelven temas recurrentes en las mujeres al buscar crecimiento profesional.

Mi primera reacción fue un gran WTF!!!??

Este es un artículo de una mujer, entrevistando a otra mujer diciendo que es una desgracia que una mujer crezca profesionalmente desde la autoconfianza y la autoestima…

O sea, mija, ¿tú qué quieres? ¿que lo hagamos desde la automatización y la cosificación en la que viven los hombres?

Y esto es Forbes… ¿en qué dirección queremos llevar a las mujeres?

Veamos esto en detalle:
Al buscar crecimiento profesional, las mujeres encuentran temas de autoestima y autoconfianza.

Aplicando lógica, para los hombres sería lo contrario, no hay autoestima y autoconfianza, entonces ¿qué hay para ellos? clases de competitividad, poder y/o liderazgo.

Esto es muy chévere y bonito, pero sin autoestima y autoconfianza el hombre líder se vuelve patán, el hombre poderoso en tirano y el hombre competitivo en destructor.

No sé tú, pero siendo mujer no quiero que me den las mismas clases que le dan a los hombres. Una autoestima sana y la confianza en las capacidades innatas puede hacer que cualquier ser humano tenga resultados sorprendentes.

Una mujer que ve limitaciones laborales porque los hombres están en el poder es una mujer con una autoestima dañada que no confía en sus capacidades. Lo siento, aquí me van a quemar varias de mis amigas y conocidas pero la diferencia en la vida personal y profesional es clara entre una mujer que ve limitaciones y una que no.

Todo es cuestión de con qué lentes quieres ver.

Creo que el que un artículo de una revista influyente hable de que “por desgracia” las mujeres bla bla bla… es seguir impregnando esta idea de limitaciones en el inconsciente colectivo de las mujeres.

Hoy vivimos en un mundo de tecnología que nos ha llevado más allá de lo que pensábamos posible, todas las herramientas que hoy tenemos a disposición me han llevado a mí y a muchas mujeres a tener vidas que hace 100 años ni siquiera podíamos soñar.

Creo que las oportunidades están ahí para quien las quiere tomar, si una mujer quiere tener dinero, fama y gloria puede hacerlo, la herramienta la tiene en la palma de su mano. Lo único que la detiene es ella misma.

Pienso que lo más importante que se nos dio a las mujeres, son nuestras habilidades blandas, nuestra intuición y nuestra capacidad de trabajar en equipo. Esto nunca debería ser algo que dejemos a un lado para imitar el comportamiento de hombres exitosos que no piensan en ellos, sus familias u otros. Ojo, ya hay muchas mujeres que han llegado a la cima así…

Aquí hay unas estadísticas interesantes de UN WOMAN – (programa de Naciones Unidas para las mujeres):

Las mujeres dedican entre 1 y 3 horas más que los hombres a las labores domésticas; entre 2 y 10 veces más de tiempo diario a la prestación de cuidados (a los hijos e hijas, personas mayores y enfermas), y entre 1 y 4 horas diarias menos a actividades de mercado.

El mismo artículo dice que el problema es que la vida se mide en función del dinero, estoy de cuerdo, claro que ese es el problema, cómo vamos a pensar todavía que una actividad mercantil es más importante que el cuidado de los niños y del hogar, ¡si ahí es que se forman los seres que después van a salir al mercado!

Pero ni las Naciones Unidas se salvan de un WTF:

El empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio. Las empresas se benefician enormemente al aumentar las oportunidades en cargos de liderazgo para las mujeres, algo que ha demostrado aumentar la eficacia organizacional. Se estima que las compañías donde tres o más mujeres ejercen funciones ejecutivas superiores registran un desempeño más alto en todos los aspectos de la eficacia organizacional.

Lee esto de nuevo… “el empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio”.

A la mujer la reducen “al buen negocio”, sería deshonrado hablar de prostitución pero si yo incluyo a una mujer en mi empresa para que me den beneficios y me aumente el negocio, entonces que vengan las mujeres, no por su valor, no por lo que son, sino por el negocio que me pueden aportar, ¿no sería eso lo mismo que prostituir las capacidades de alguien?

Yo soy coach financiero y me encanta todo lo que el dinero me puede dar, enseño finanzas personales, pero me avergüenza vivir en un planeta que tiene como Dios al dinero, donde la vida y la dignidad del ser humano, hombre o mujer no tienen valor si no es monetizable.

Mi empresa está en USA, Gonzalo y yo somos propietarios al 50 – 50 (mala decisión empresarial por ahí nos dijeron). Viviendo en Memphis, una de las chicas nos dijo que debíamos abrir otra empresa donde yo tuviese aunque sea el 51% porque nos darían apoyos y ayudas extras porque yo era mujer.

No le encontré para nada el sentido a eso, ¿cómo que porque soy mujer nos van a dar beneficios y si él es mayoritario no nos lo dan?

Es que tú eres una minoría Waleska, eres mujer y eres latina, tú tienes más beneficios incluso que una mujer americana porque eres latina, si fueses lesbiana, tendrías aún más beneficios y transgénero incluso más, agrégale negra y la hiciste”.

WHAAAAAAAAT???? Ese “what” lo empecé a decir en 2018 y todavía lo estoy diciendo, esto no tiene sentido. Yo no soy minoría por ser mujer, de hecho, soy mayoría, hay más mujeres que hombres, ¿me van a tratar de pobrecita porque soy latina y no americana? Ahhh y si no soy lesbiana entonces, ¿tengo menos beneficios que una que sí lo es?

¿En qué momento la sociedad pensó que esto era normal? Porque OJO, esto ya está normalizado… este tren ya salió y no hay quien lo pare.

Mejor lo dejo hasta aquí y expando estas últimas ideas en un próximo post.

Aprendizaje: lo dejo a tu criterio, no te dejes arrastrar por los medios, lee, escucha, participa, de un lado y de otro, aprende de la izquierda y de la derecha, de los comunistas, los conservadores y los libertarios. Todos estos temas de hombres y mujeres, patriarcado, etc., etc., etc., ya sabes todos los que hay, son solo para desviar la atención de las cosas que realmente están pasando, mientras unos cuantos se enriquecen y explotan los sistemas financieros.

Con el manejo y control de tu dinero puedes escapar a las mayores cuerdas que te atan a la voluntad de quienes están en el poder y de la sociedad misma.

 

¿Te vienes o te quedas?

 

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Mientras empezamos, comenta en la parte de abajo, ¿cuál ha sido tu experiencia como mujer o con las mujeres cuando de dinero y negocios se trata?

 

¡Te leo!

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